A principios del 2000, el programa de Reportajes Informe Especial, abordó el tema de la homosexualidad y cómo es que ésta se vive en Chile. Lo recuerdo muy bien, pues lo grabé. Contaban la historia de una pareja de homosexuales, a la que entrevistaban sobre la marchas de orgullo gay que se realizaban en Chile. Ellos señalaron que no estaban de acuerdo porque por una parte los gays pedíamos respeto, pero por otra se realizaban estas manifestaciones con estas locas "de que dignidad estamos hablando", señalaron.
Uffffff, si bien esta pareja fue muy valiente en mostrar su historia, en esa parte de la entrevista no estuve de acuerdo. Me pareció que el mismo discurso homofóbico, se reproducía de alguna forma con aquellos "gays" caracterizados como "locas"
Si entendemos a "la loca" como aquel homosexual, más afeminado y que gusta de llamar la atención, yo creo que todos tenemos algo de eso. El problema surge cuando dentro del mismo mundo gay discriminamos a quiénes son más afeminados o reprimimos esa parte nuestra, por un miedo a la aceptación social... "Sí, soy Gay, pero no soy loca". Qué importa!
El problema es que con este tipo de razonamiento no estamos rompiendo con la discriminación de la que hemos sido víctimas, sino que la estamos concentrando en aquellos homosexuales que son distintos o que reflejan áreas personales que no nos atrevemos a exteriorizar.
La lucha de hoy se trata de cambiar la forma en que la sociedad se relaciona, en que una parte de los discriminados hemos sido los homosexuales. No de que tratemos de forzar una integración simbólica, esforzándonos por mimetizarnos con el concepto de "normalidad" que ha sido hegemónico, pero dejando a otros fuera.
Cuando hablamos de integración en la diversidad, apelamos a lo contrario, más que intentar acercarse a un concepto de normalidad para "ser integrado", es la valoración de todas las formas en que las personas vivimos y que son un aporte al proyecto colectivo de sociedad.
Yo soy la más loca de todas ¿Y tú?
7 comentarios:
Qué importante este tema, qué contingente, y qué bien planteado! Un gusto este post. Saludos!
Gracias Maite, a veces no nos damos cuenta y reproducimos la discrimación. Saludos de vuelta!
creo que ser gay no es ser loca, tal vez sexualmente o en la intimidad a veces nos gusta eso, pero no debe ser algo que moleste a los demas, porque si fuera por eso, algunos no son locas y son heteros y peores en su vida
El punto como tu dices es que no debiera ser algo que moleste a los demás, por tanto abrir las puertas a la discriminación a lo que se visuliza como diferente.
Saludos
A mí me parece (es sólo una intuición) que el carácter afeminado se da porque, aunque se predique lo contrario, sale difícil disociar identidad de género con orientación sexual.
Para mí un homosexual masculino (no un oso, no nos vayamos al extremo) es la prueba de que eso es cierto, y las "locas" reflejan simplemente lo que cuesta vivir una orientación sexual usualmente identificada con un género que no es el propio.
Toda la razón Rodrigo, estamos atrapados en lo que se entiende como lo masculino y lo femenino. Y esta forma de ser provoca disonancia al no poder encasillarla. Ha ahí una de sus principales fortalezas para ir deconstruyendo las visiones hegemónicas.
Es cierta la reticencia a aceptar el amaneramiento en muchos contextos gays. También está la figura del falso hetero tolerante, que "aguanta" a los gays que "si no son locas". Son formas de discriminación, desde fuera, y hacia nosotros mismos. Pero les quiero contar algo curioso, resulta que tengo 21 años, y soy gay, pero no tengo ninguna pluma, vamos, que me toman por hetero sí o sí. Pues resulta que, al contrario, siempre me he sentido atraído por los gays con pluma... es un añadido que me encanta, lo relaciono con personalidades fuertes y definidas. Además, tiene un punto sexy que no se como explicar... xD En fin... a mi la pluma me pone!
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