domingo, 21 de agosto de 2011

¿Qué puede decir un gay de las Movilizaciones Estudiantiles?



En el mundo de Twitter me ha sorprendido más de un comentario, minoritarios por cierto, de otros gays respecto a las movilizaciones estudiantiles, de la talla de "no quiero que con mis impuestos se paguen los daños que realizan los estudiantes" o "basta de delincuentes, en las marchas, mano dura".

En primer término, decir que no las comparto para nada, que reflejan poca reflexión sobre los temas de fondo que se están discutiendo y que creo que dan cuenta una disposición poco fraternal, de parte de quiénes hemos sido discriminados también por esta sociedad.

Los estudiantes están poniendo en cuestionamiento temas sumamente relevantes, cuáles son si la Educación es un bien de Mercado o es un Derecho que debiera poder ejercerse con calidad igual para todos. Están cuestionando la vergonzosa distribución de Ingresos, a pesar del sostenido crecimiento económico. Un ejemplo: alguien que nace en un estrato socioeconómico bajo vive en promedio 7 años menos que alguien que nace en un estrato alto, esto pasa hoy en nuestro país.

Por lo tanto me parece correcto avanzar en una ruta que de una vez por toda enfrente la desigualdad en Chile, ya que la clase política no lo ha hecho en todo este tiempo.

Lo que me preocupa es que homosexuales que han sufrido la discriminación, no sean capaces empatizar con estas demandas, manifestando su desagrado por cómo les afectan en sus bolsillos los desmanes producidos; además responsabilizando a los estudiantes y no a Carabineros, que son los encargados de mantener el orden y proteger a una abrumadora mayoría que se manifiesta pacíficamente. ¿Mucha tele?... puede ser o derechamente desidia por ver más allá.

Sus twitter me suenan tan incoherentes como las frases "no me importa que existan los homosexuales, pero lejos de mi y de mi familia". Los estudiantes están luchando por algo que es justo y que es en beneficio de todos, especialmente de los más pobres. No están defendiendo sólo sus intereses personales, lo hacen porque es un tema de dignidad y principios.

Por esto es que la escena escogida de Machuca me parece pertinente, allí están reflejadas todas las posiciones de los chilenos cuando existe tensión social, primero los sordos de siempre: 
  1. La mujer que usa las palabras de "comunistas" o "marxistas" como conceptos vacíos de contenido y llenos de odio; es como decir hoy dia "violentistas" o "encapuchados"; la mejor muestra de cómo los medios de comunicación influyen en generar prejuicios en las personas.
  2. El apoderado que habla por los pobres o "la gente" señalando que a ellos no les gustaría que les den la cosas gratis, me suena tan parecido a las palabras de la senadora designada Ena Von Baer cuando hablaba días atras por la "señora de La Pintana o de La Legua"
  3. La madre de Infante, amigo de Machuca, que pregunta por el afán de juntar las peras con las manzanas, cuando eran distintas, algo así "como reconozcamos el problema pero mantengamos las cosas igual" tan parecido a nuestros políticos.

Yo me quedo con los segundos no escuchados de siempre, que hablan en la voz de la madre de Machuca, y me quedo con la frase "¿Cuando van a hacer algo distinto?", creo que hoy tenemos una oportunidad.

Y lo distinto no es sólo que los pobres tengan más becas para estudiar o que la clase media acceda a tasas de interés más bajas en los créditos con aval del Estado; no es sólo un tema económico. Lo distinto es que en este país todos sus habitantes tengamos las mismas oportunidades de ser felices, independiente del origen social y de la identidad de género. La invitación de los estudiantes es para que entre todos pensemos algo distinto, algo mejor.

En mi caso aspiro también a que se apruebe el Matrimonio Igualitario para todos y todas, por principio, porque es lo justo, a pesar de que también existan homosexuales de derecha que voten por el bloque político que elige a los líderes más homofóbicos de este país...es un tema de principios. 

lunes, 8 de agosto de 2011

No tengas Miedo a tener Miedo





Recuerdo un libro que leí un verano titulado "Miedo en Chile" de Patricia Politzer, en el se entrevistaban a diferentes chilenos respecto de su vida y se constataba que el miedo era un elemento transversal en su vida.

Me acordé de todo esto porque quería escribir sobre esta emoción, sobre aquellos fantasmas que nos atormentan y que nos impiden ser felices.

Cuando niño tenía miedo a llegar a los 18 años y tener que hacer el servicio militar, intuía que a esa edad ya debiera haber definido si me gustaban los hombres o las mujeres; y tenía terror a confirmar que me gustaban los hombres.

Cuando niño tenía miedo a que mi voz un poco más fina, me delatara como alguien diferente digno de ser objeto de burla, en este esfuerzo igual cada cierto tiempo salía "pillado", descubierto.

Ahora de adulto los miedos siguen, a que se te invalide por ser cola, miedo a la pregunta ¿Porqué no viniste con tu familia? la que siempre respondo con una sonrisa orgánica.

Y en el futuro tengo miedo a quedarme solo...

Me costó años entender que mis miedos no se iban a terminar, que esa fantasía de pensar que saliendo del ropero de mimbre, de contárselo a mis padres, de contarlo en mi trabajo iba a hacer que éste desapareciera. 

Entenderlo no implica necesariamente que este miedo me inmovilice, al contrario, el reconocerlo me permite identificarlo y transitar con él. Cuando este miedo surge, hago el ejercicio de identificarlo, de ver a que se atribuye, para enfrentar de mejor forma aquellas situaciones que me generan conflicto.

Es parte de la mochila que me acompaña, que me permite tomar decisiones y vincularme con mi entorno. Esto también me ha permitido vivir con menos culpa y ser menos exigente conmigo. 

El miedo es la emoción lado B que surge de todas aquellas acciones que me han implicado un riesgo importante, como asumirme homosexual, salir a conocer otros gays o contarlo en mi trabajo ... pero sabes, finalmente todo eso lo hice y me siento orgulloso de eso.

Soy un miedoso asumido, pero que no se inmoviliza por ello, sino que se las juega, como puede, por aquellas cosas que le hacen sentido.

Yo diría que si asumirte gay o salir a conocer otros homosexuales te da miedo, no esperes que se te pase para hacerlo, pues eso, al menos en mi caso, nunca ocurrió. Lo que sí es importante darle sentido a este temor, pues fundamento tiene, para tomar las decisiones que tienes pendientes y que te impiden ser feliz.

No tengas miedo a tener miedo.