jueves, 24 de febrero de 2011

Me dicen el Maricón del Curso



Si estás en esta situación, lo primero que quiero decirte es que aunque ahora te parezca imposible de creer esto pasará y lo superarás.

Cuando iba a cursar séptimo básico, a los 12 años, ingresé a un nuevo colegio de puros hombres. Mi llegada fue bastante normal hasta que comenzaron a aflorar algunos tonos más finos en mi voz y en poco tiempo me convertí en objeto de burla de mis compañeros todo ese año.

No fue nada fácil esta situación, mi familia no es de dinero, mis padres estaban orgullosos de mi porque había quedado en este colegio de mucho prestigio y además hicieron un gran esfuerzo económico; así es que no me atreví a contarles lo que me estaba pasando. 

En esos años, a fines de los ochentas nadie hablaba de Bullyng Homofóbico como un problema social, sino que a esta expresión de violencia se le atribuía la responsabilidad a uno mismo, es decir a la víctima, por no saber defenderse para superar esta situación. Recuerdo que mi profesora jefe me señaló que lo que debía hacer era pegarle un combo a mis compañeros cuando me estuvieran molestando, nunca me atreví hacerlo, la violencia aún hoy me inmoviliza. Recuerdo también las burlas del profesor de química y física como si fuera uno de los compañeros del curso que me agredían.

Sin querer bajarle el perfil a este hecho muy doloroso que me ocurrió, creo que uno de los factores que facilitaron esta situación era la forma en que se relacionaban mis nuevos compañeros, y de lo cual el colegio no se hacía cargo, era de forma bastante agresiva, violenta, descalificadora, competitiva, es cosa de imaginarse un grupo de 35 adolescentes hombres compartiendo el mismo espacio todos los días. Por cierto que si bien yo era el maricón del curso, había otros que eran "el roto picante" por su origen humilde, "el tonto", "el feo", etc.

En ese año entrando a la adolescencia me cerré como una ostra, iba al colegio, esperaba que pasara el día, luego llegaba a mi casa, veía televisión y me acostaba. Dejé de ver a mis amigos del barrio, funcionaba de forma autómata. En lo recreos me quedaba en la sala reprimido, recuerdo un detalle muy tierno de un compañero que en una oportunidad me invitó a jugar con una pelota hecha con hojas del cuaderno, al verme tan ensimismado.

Como finalmente todo pasa, repito todo pasa, ya al año siguiente comencé a tener un grupo con el cual me juntaba y que con el tiempo se convirtieron en los mejores amigos que recuerdo de esa época. Comencé a integrarme a las actividades que el colegio tenía, íbamos a trabajos de verano, de invierno, etc. Aprendí mucho de todas estas experiencias, ya en segundo medio era feliz, tenía mis amigos, me entretenía y era parte del colegio. La burlas se fueron acabando poco a poco y dieron paso a una estimación que se mantiene hasta el día de hoy. Terminé allí mi enseñanza media.

Hace poco conversaba este tema con mi madre pues yo sabía que cuando las burlas hacia mí eran reiteradas,  un sacerdote del colegio la llamó a ella y a mi padre para conversar la situación. Sin embargo nunca me dijeron nada, mi padre no lo quiso creer y mi madre calló. Como antes señalé yo tampoco les dije nada, por que sentía vergüenza de mismo y porque no los quería defraudar. 

Conversábamos con mi madre cual habría sido lo mejor forma de afrontarlo familiarmente, si bien siempre la situación ideal es comunicarse y haciendo una lectura reparadora de lo sucedido, creemos si mis padres hubiesen hablado conmigo, me habrían preguntado si quería volver a mi antigua escuela y yo habría dicho que sí. Mi madre me dijo que en esa época ella internamente pensaba que yo fuera fuerte y que aguantara principalmente por las oportunidades que se me abrirían si me mantenía en dicho colegio. En eso tuvo toda la razón.

Pasó el tiempo, dejé de ser el maricón del curso del que se burlaban, hice grandes amigos y estoy orgullo de del coraje que tuve para afrontar y sobreponerme a esta situación, lo que ha sido un aprendizaje de vida. 

A veces sigo siendo un poco desconfiado y hay gente que me asusta un poco, todos tenemos nuestros fantasmas, otro aprendizaje ha sido no hacerse el loco con lo que a uno le duele, poder exteriorizarlo en cómo realmente uno lo sintió o aún lo siente. Hoy sé que tengo la habilidad comprobada de sobreponerme frente a cualquier situación, por muy difícil que sea, como dice un cantante "donde yo me caigo, otros se matan".

Si estás en esta difícil situación decirte que te entiendo y repetir que se puede superar, aprende a buscar ayuda, antes no había tanta información. Si te interesa el Movilh publicó un manual de convivencia escolar "Educando en la Diversidad" el cual puedes descargar. 

Recuerda que lo más importante y lo primero es la propia aceptación tal cual eres...


Nunca fue facil,
pero creo a tus ojos,
es tan fragil depender de todo,
y como explicarte,
desde el encierro,
cuanto miedo da salir,
a ese mar de dudas,
ya no hay mas que hacer,
sos tu propia ayuda,
ahora anda y vivi,
yo siempre ame,
tu locura.
ya no hay mas que hacer,
sos tu propia ayuda,
ahora anda y vivi
lo que siempre ame,
tu locura...
Gustavo Cerati






1 comentario:

Anónimo dijo...

eres salesiano?