domingo, 6 de noviembre de 2011

La urgencia a la Agenda Gay la ponemos nosotros


Hace unos días se dio a conocer la desfavorable sentencia del Tribunal Constitucional, sólo el Ministro Hernán Vodanovic falló en favor del Matrimonio Igualitario.

Compartiendo la idea del MOVILH de que este fallo impulsa la discusión y la centra en el parlamento, no deja de "doler" la poca consideración o en dichos cristianos "poca misericordia" que nuestras elites tienen para quiénes somos homosexuales. Esto nos demuestra una vez más que no será la elite chilena la que avance de forma rápida con nuestras demandas de igualdad de Derechos; por lo demás en las luchas sociales nunca ha sido así.

La Agenda Gay chilena entiendo que se mueve en dos líneas fundamentales:

1) La más importante a mi juicio la Ley contra la Discriminación que se vota la próxima semana, la que debe incluir el concepto de Identidad de Género y debiera entregarnos una serie de garantías para que los chilenos gays y trans contemos con el respaldo del Estado para restituir nuestros derechos cuando fueren vulnerados, por personas o instituciones, en los espacios de los que formamos parte, como la escuela, el trabajo, el barrio, etc. Dicho sea de paso que esta propuesta de ley no sólo aborda la diversidad sexual, sino que también cualquier tipo de discriminación sea por etnia, religión, pensamiento, etc.

2) La segunda que apunta al reconocimiento y status de familia para las parejas homosexuales, que en plena igualdad de derechos implica la posibilidad casarse y adoptar. En esta perspectiva existe una propuesta intermedia que, al parecer tienen mayor consenso parlamentario, de generar una figura de Unión Civil para las parejas homosexuales que conviven. El Gobierno envió al parlamento este año el Acuerdo de Vida en Común, que ya es un avance, pero sin ninguna indicación de urgencia, por lo que no sabemos cuanto es que durará su discusión y menos su promulgación.

Como se puede visualizar las propuestas no aspiran a nada extraordinario, se trata de equiparar derechos que tienen todos los ciudadanos y de generar dispositivos de protección para éstos no se vulneren o puedan ser restituidos en en el caso que así lo amerite.

¿Cuál es el problema entonces? A mi juicio es que estas propuestas cuestionan la posición privilegiada de los grupos de poder y de las elites de nuestro país. Sobre todo de aquellos que se atrincheran bajo el concepto de familia conservadora y que se dieron cuenta que estar bajo el amparo de la Iglesia Católica y sus postulados, les cubre de una túnica de bondad, que les permite seguir acumulando ganancias y/o status, vulnerando los derechos de la mayoría...es la historia de nuestro país. 

Insisto, no serán ellos los que tendrán "misericordia" con nosotros,  no al menos, hasta que se vean afectados en sus intereses.

En esta idea me quiero detener, la lucha por nuestros derechos la debemos dar nosotros mismos, y no va a ser creo yo convenciendo con argumentos racionales a nuestros detractores, ellos ya se han encargado de levantar las contra argumentaciones necesarias, desde el punto de vista de las investigaciones científicas, tiene tres más que rebaten nuestros argumentos, desde el punto de vista ético bailan al mismo compás de las Iglesias Católica y Evangélicas, que han sido claros en sus posturas, lamentablemente quiénes se han apoderado de la marca "Dios", lo han situado como un enemigo a nuestras demandas. 

Desde otro punto de vista las organizaciones de la diversidad sexual tienen un gran desafío, que es generar una agenda común articulada para amplificar nuestra voz, que rescate lo mejor de cada una. Sin duda el discurso político del MUMS es el más claro, mejor argumentado y vincula nuestra lucha con las demás injusticias que ocurren Chile. La experiencia de AcciónGay para trabajar con voluntarios que encuentran allí un espacio para desarrollarse y poder conversar con otros pares lo que les sucede. El MOVILH que ha sabido generar discusión pública a través de casos emblemáticos de discriminación, así como ha tenido la capacidad de comprometer a figuras públicas en favor de nuestras demandas. La más nueva IGUALES que ha integrado homosexuales de un segmento socioeconómico distinto a los que han participado históricamente, aquellos de las clases más acomodadas, aquellos que han convivido con los grupos de elites conservadores, aquellos que son parte de estas familias, aunque renieguen de ellas; sin duda no será lo mismo para un Juez del Tribunal Constitucional o un Parlamentario, fallar en estos temas si tiene un familiar directo que lucha por los derechos homosexuales, bien por IGUALES y que siga creciendo.

¿Veremos el día en que se genere un Conglomerado Amplio de organizaciones gays Chilenas? Yo espero que sí, que se pueda generar una agenda común para presionar con mayor fuerza.

Otra posibilidad que nos queda a los homosexuales comunes y corrientes es ponernos de acuerdo y actuar coordinadamente en acontecimientos públicos, por ejemplo, votar sólo por los candidatos, sea para Alcalde, Parlamentario o Presidente que incluyan nuestras demandas. Si entienden que les favorece estar cerca de nosotros, porque les implica tener más votos y más gente que trabaja con ellos para su campaña, estoy cierto que se "irán convenciendo" de a poco. 

Participar de las manifestaciones públicas que se realizan a favor de nuestros derechos, así como involucrar a nuestras familias y amigos.

Si nos agrupamos aun más o al menos nos coordinamos en acciones específicas, y creo que podemos hacerlo, podemos apurar esta agenda gay, que si bien avanza a pasos de tortuga, la urgencia de poder ser felices en este país la ponemos nosotros... no los mismos que a "regaña dientes" han tenido que pronunciarse y se han tomado todo el tiempo del mundo para dar respuesta a nuestras demandas, recordemos que sus cargos dependen también de nosotros.

Escribo esto con un dolor, por la bofetada que ha sido la desfavorable sentencia del Tribunal Constitucional, que dicho sea de paso es una institución que está para garantizar los Derechos de todos y que nos ha ratificado una vez más el nivel de homofobia encriptado en las elites que trabajan en el también nuestro, pero tan lejano Estado Chileno.